Si ya leíste nuestro análisis sobre Veeam y NIS2, sabes que la nueva directiva europea no se queda en la teoría. Exige acción, trazabilidad y compromiso —especialmente de quienes toman decisiones.
NIS2 no viene a sancionar por sancionar. Viene a dejar claro que la ciberseguridad no es un tema de IT, sino de empresa. De procesos, de cultura y de estructuras capaces de prevenir, detectar y responder. Y para eso, hacen falta soluciones que traduzcan esa exigencia normativa en acciones concretas.
Aquí es donde SonicWall cobra todo su sentido. Porque más allá de sus capacidades técnicas, lo que ofrece es una forma de avanzar con seguridad, sin perder el control ni depender de promesas vacías.